Estamos viviendo un tiempo particular en el cual todo el mundo está comprometido, hemos recibido un impacto que afecta a todas las organizaciones, pero un tema nos conmociona más de lo pensado: los sistemas de salud demuestran deficiencias para responder a una pandemia.
 
Durante los últimos años los temas claves del mundo están relacionados con la economía, la globalización, el avance del populismo, las guerras, el calentamiento global, la pobreza. Todos ellos llaman nuestra atención diaria y nos ocupa y preocupa haciendo que nuestras energías se enfoquen en ellos, buscando la manera de sobrevivir y tratando que nuestras organizaciones, de todo tipo, puedan subsistir en este ambiente competitivo y hostil.
 
La pelea es continua, el esfuerzo gigante, la alegría y la desilusión ante logros o fracasos nos motiva a seguir, a mantenernos en actividad, a revisar y poner nuevos objetivos para lograr éxitos cuando estos son escasos.
 
La velocidad de los hechos nos sube a su carro y nos lleva en un viaje que, muchas veces, no sabemos dónde termina, pero sí que estamos pendiente de que el éxito sea el destino final. A veces lo logramos, otras en parte y otras el fracaso nos espera. Así iniciamos un nuevo viaje buscando revancha.
 
Nuestra preocupación en lo económico es constante, por supuesto, necesario para que nuestras empresas logren los objetivos y podamos avanzar, dando a las personas que las integramos una satisfacción parecida: tener los ingresos suficientes para mantenernos a nosotros y a los nuestros.
 
Los temas políticos están a la orden del día y generan conflictos, disputas, negociaciones y hasta conflictos bélicos. Así muchos hechos en los últimos años dieron como resultados guerras internacionales complejas, derivadas de motivos religiosos, de extremismo, de luchas internas, de necesidades de ganar posiciones en el liderazgo internacional.
 
Pero de pronto entró en escena un tema impensado: la pandemia, derivada de un virus aparecido en la región oriental, generado por mutaciones de virus desconocidos y advertido por la Organización Mundial de la Salud. Pero esto era impensado, subestimado, la salud no es un tema que está en donde debe estar, la prioridad no es tal, al igual que la educación el mundo le da la espalda en gran medida y el liderazgo político hace lo mismo.
 
Hoy nos damos por enterados que los sistemas de salud no responden a una pandemia, pero más aún, no responden a situaciones de menor impacto, sobre todo en los países en vías de desarrollo, los que sufren grandes pobrezas o los que han sido administrados en forma deficiente en los últimos años.
 
Pero no todas son malas noticias, personas dedicadas de alma y cuerpo a la medicina, científicos, médicos y especialistas relacionados con la salud han persistido en sus convicciones personales y profesionales y han logrado avances extraordinarios en las materias. Pero todo gracias a un invalorable esfuerzo personal y de instituciones reconocidas, muchas veces, con escasos presupuestos, condiciones y recursos.
 
También en el sector de la salud se han introducido prácticas modernas de gestión relacionadas con la mejora continua y las certificaciones de calidad, seguridad y ambiental, que han logrado éxitos relevantes. Así lo vemos en las instituciones internacionales líderes del sector, que demuestran que, ante circunstancias como las que vivimos hoy, estos modelos de gestión son necesarios.
 
Así es como la resolución de problemas derivados de eventos relevantes que son necesarios afrontar, con métodos insertados dentro de los sistemas de gestión comenzó a ser un tema más familiar. Los cuales fueron aprendidos por personal de la salud con entrenamientos, prácticas y estudio, como un tema nuevo y muy lejos de su especialidad durante siempre.
 
El análisis de causa raíz comienza a surgir como una práctica nueva y moderna cuya utilización fue durante muchos años propia de la industria. Hoy los servicios de la salud pasan a ser usuarios habituales de estas prácticas utilizando métodos estructurados basados en la evidencia y la lógica causal.
 
Hoy se presentan problemas dentro del sector de la salud que debemos abordar y buscar soluciones eficaces, primero ante la emergencia responder con acciones de contención como las que hoy se están llevando adelante. Pero luego de que esta tormenta pase deberemos investigar cuales fueron aquellas causas que originó, no la pandemia que deberá ser estudiado por los organismos correspondientes, sino porqué el sistema de salud no respondió. Por que tuvimos que tomar acciones que llevaron la necesidad, el esfuerzo y los recursos de otros sectores, de organizaciones diferentes del sector de la salud que debieron colaborar.
 
La crisis es una oportunidad, no desperdiciemos una nueva que el mundo nos plantea. Resolver los problemas en forma eficiente es una necesidad de hoy y del futuro.
 

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